La tercera jornada de la formación ha comenzado con un comentario compartido por todos los participantes y es que tenemos la sensación de llevar más tiempo en esta experiencia del que realmente ha pasado. Esto sólo demuestra el grado de intensidad con el que se vive cada día tanto en el ámbito profesional como en personal, ya que se trata de un grupo que prácticamente comparte la mayor parte del tiempo juntos.

El inicio de este día ha sido una continuación del final del día de ayer ya que se ha retomado el debate sobre algunos puntos de vista que no quedaron claros sobre cómo afrontar uno de los proyectos. El aprendizaje y la experiencia que atesoran los miembros del grupo, tanto formadores como alumnos, ha llevado a consensuar posiciones y a clarificar los siguientes pasos a dar en la confección de este proyecto, lo que ha llevado a que se pudiera avanzar con velocidad y seguridad aprovechando la mañana para resolver posibles dudas y dejar cerrados los principales puntos sobre los que habrán de desarrollarse los proyectos.

Pero el aprendizaje no se está demostrando solo en lo que concierne a los aspectos más técnicos del programa, si no que cada día que pasa es más palpable la confianza y el conocimiento personal entre los miembros del grupo, lo cual facilita en gran manera el intercambio y la confrontación de ideas con el objetivo de lograr lo mejor y más adecuado para nuestro trabajo.

Este buen clima en buena parte esta siendo resultado de las actividades extras que se han programado alguna tarde antes de la cena y que contribuyen a que se compartan buenos momentos por parte de todos. Hay que destacar especialmente el día de hoy en el que se ha visitado la localidad de Assisi (Asís) pueblo natal de San Francisco en el que hemos contado con la fantástica compañía de Giuliano, un sacerdote con vinculación personal con Egina, que nos ha hecho de guía por todo el pueblo contando la historia, anécdotas y lugares que fueron importantes en la vida de San Francisco, y que son los que dan la importancia que tiene a la localidad. Los conocimientos de Giuliano son muchos, pero el modo de contarlo y vivirlo han calado en quienes hemos disfrutado de la visita y sentimos que tenemos una nueva y gran experiencia que acumular a lo ya vivido. Como en el resto de días, la jornada finalizó cenando en un magnífico restaurante, «La Stalla», en el mismo Assisi, siendo el broche perfecto para un día que podemos considerar como pleno en el más amplio sentido de la palabra.